viernes, 10 de septiembre de 2010

Trabajo autónomo semana 5

http://www.eltiempo.com/blogs/venga_le_cuento/2010/09/en-manos-de-cuales-eps-y-de-cu.php

Se llama Janeth Ardila y es médica. Pero aún en su condición de profesional de la medicina, se negó a atender a un padre de familia que la llamó a la línea de urgencias de Compensar para saber cuánto Acetaminofén le podía dar a su pequeño hijo, que tenía 39 grados de fiebre.

La negativa de la médica se dio inmediatamente después de que vio en la pantalla que el titular del Plan Obligatorio de Salud del niño debía una cuota a Compensar, la EPS que la tiene contratada.

Es más: le informó al padre de familia que no podía responder porque aparecía esa 'inconsistencia' en el sistema de Compensar.

Antes, cuando el padre estaba al día en sus pagos, los médicos de turno no solo le decían cuánto podían darle del remedio que tenían en casa, sino que lo orientaban sobre los pasos a seguir. Pero eso era porque el padre tenía la plata suficiente para pagar el Plan Complementario de Compensar.

Cuando el padre de familia le dijo a la médica que sólo necesitaba esa información, sobre si le podía dar a su hijo cinco o seis milímetros de Acetaminofén, y le recordó el juramento hipocrático, ella se volvió a negar.

Lo que quiere decir que por encima del juramento de la médica está el bolsillo de la EPS. Yo no tengo ni idea si es que la EPS la obliga a ir contra sus principios, lo que parece ocurrir al juzgar por lo que pasó.

El caso es que el padre recurrió a una droguería (lo que no recomiendan los propios médicos) y allí le dijeron cuánto y cómo. Y eso fue lo que hizo.

Es decir que, en el caso de Compensar y en el de esta médica, en el servicio telefónico de urgencias, el asunto es cuánto tienes, cuánto te atiendo. Allí parece no importar si es un niño el que está enfermo. Lo que vale es si el papá ya pagó la cuota de ese mes.

En la Clínica Nueva

Otra cosa ocurrió en la Clínica Nueva. Una señora llegó con un corte en una ceja, el ojo derecho no se veía porque el párpado, morado, lo tapaba completamente. Se había caído por unas escaleras y había ido a parar contra una pared.

Como estaba atrasada en el pago del Plan Complementario de Compensar, no fue a una clínica que atendiera por ese plan. Se fue, entonces, a la Clínica Nueva, que atiende a usuarios del POS.

Un cirujano plástico la vio rápidamente. Lo mismo ocurrió con el médico. Le hicieron radiografías de ojo y mano, le tomaron puntos, le formularon. En ese caso, sí se atendió la urgencia de la manera como uno cree que debe ser.

El problema se presentó a la hora de salir. Al pedir la cuenta, le dijeron a la señora que tenía que pagar los 400.000 y más pesos que había costado el servicio, porque estaba atrasada en el Plan Complementario.

Al explicársele a la señorita de la ventanilla que la señora estaba al día en el POS y que debían atenderla por este Plan, sin importar lo que pasara con el Complementario, porque la Clínica Nueva no es de las que atiende el Plan Complementario, la dependiente dijo no y agregó que Compensar había negado el cubrimiento de la urgencia.

¡Pero es una urgencia!, piensa uno. E ingenuamente uno se convence de que en estos casos las EPS y las clínicas no le deben poner problemas al paciente.

Cuando el esposo de la señora pidió que lo comunicaran con Compensar, allí le dijeron que sí estaba autorizada la atención y, por supuesto, el pago de la misma. Entonces, él le pasó el teléfono a la dependiente, quien extrañamente seguía insistiéndole a Compensar que no se cubría ese pago.

El compañero de la dependiente ya estaba preocupado porque decía que la cuenta iba en más de 400 mil pesos, porque, entre otras cosas, se le había hecho un TAC a la paciente. ¿Un TAC? ¡Nunca se lo hicieron!, se le informó. 'Aquí dice que sí', contestó. Pero al rato dijo que ya había corregido la factura y había eliminado el TAC que nunca se hizo.

Al final, la señorita de la ventanilla tuvo que aceptar las razones de Compensar para atender a la paciente por el POS y cobrar solo dos mil pesos de la cuota moderadora.

Mientras todo esto ocurría, a la misma ventanilla llegaron dos mujeres. Una de ellas, llorando, pedía el favor de que le dieran unos papeles para irse a otra clínica, porque en la Clínica Nueva le habían informado que no tenían gineco obstetra. Seguramente la EPS nunca le advirtió eso a la joven, a la que le dijeron que se tenía que ir a la Clínica San Ignacio. 'Siempre las mandamos para allá', dijo la dependiente. Es decir, la pusieron a pasear en medio de los dolores que tenía.

La otra señora también dijo que le habían dicho que se fuera para otra clínica porque allí no había el especialista que necesitaba. También la pusieron a pasear.

Estos son solo unos mínimos ejemplos de lo que ocurre en Compensar y lo que sucede en la Clínica Nueva. Y es mínimo frente a lo que pasa en muchos otros hospitales y clínicas, en donde no tienen respeto por el paciente.

Y lo peor de todo es que ya el Gobierno está analizando qué modificaciones hacerle al sistema de salud y se va a empezar a tramitar un proyecto de ley para ello, al que hay que ponerle mucha atención, porque las EPS y otras voces ya están mostrando su interés de recortar servicios. Y el Gobierno ya ha dejado entrever eventuales recortes, porque considera que le están saliendo caros al Estado los medicamentos y los procedimientos que las EPS deben darles a sus pacientes obligados por las tutelas, que es el único recurso que les queda a los desprotegidos pacientes.

PRE LECTURA

Objetivo: informarnos

Tipo de texto: informativo

Tipo de lectura: global

Titulo: ¿En manos de cuáles EPS y de cuáles médicos estamos?

Numero de párrafos: 21

Numero de oraciones: 43

Autor: Roberto Vargas

POS LECTURA:

Me parece una falta de respeto y falta de ética profesional, que un medico ya titulado y habiendo firmado el juramento hipocrático no se capaz de brindar una simple asesoría a cerca de cuanto Acetaminofén le pueden dar a un niño que tiene 39 grados de fiebre y que su padre no ha podido pagar una simple cuota. Esto no fue por una simple consulta sino una emergencia. La prioridad de un medico es salvar la vida de las personas y aun mas cuando lo es la de un niño, sin importar su situación económica ni estado de cuenta ante la EPS

Por otra parte la carencia de ética que tienen algunas EPS y Hospitales. que nunca le informan a sus usuarios a donde puede ir en caso de una urgencia y en que clínica tiene ubicados sus especialistas para que puedan atender a las personas inmediatamente, sin necesidad de que estén paseando y perdiendo tiempo valioso buscando por toda la ciudad buscando un especialista que pueda atender sus afecciones.

Hasta que puto puede decaer la calidad de vida de los colombianos. Si para pedir una simple cita al medico general hay que esperar dos meces y si este nos atiende lo único que puede formular son aspirinas y acetaminofen. Además el gobierno pretende hacer modificaciones al sistema de salud y se va a empezar a tramitar un proyecto de ley para ello, al que hay que ponerle mucha atención, porque las EPS y otras voces ya están mostrando su interés de recortar servicios.

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